Hoy, el Parlamento Europeo ha aprobado por abrumadora mayoría abandonar el controvertido Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE), un acuerdo comercial internacional que protege las inversiones en combustibles fósiles. Tras años de campaña a favor de la salida, Ecologistas en Acción y activistas por la justicia climática de toda Europa celebramos esta victoria para el medio ambiente y el clima.
La propuesta se sometió a votación plenaria en el Parlamento de la UE después de que la Presidencia belga de la UE negociara un acuerdo con la Comisión Europea y los Estados miembros sobre la retirada conjunta de la UE, y tras su aprobación preliminar por el Consejo de la UE.
La Unión Europea se suma así a una larga lista de Estados miembros – entre ellos España, Francia, Alemania, Países Bajos, Irlanda, Luxemburgo, Eslovenia y Polonia – que ya tomaron la decisión de retirarse del Tratado en los dos últimos años.
Próxima etapa: El Consejo de la UE debe dar luz verde definitiva. Se espera que lo haga en mayo o junio, antes de que finalice la Presidencia belga.
La votación de hoy se ha referido a una propuesta de la Comisión Europea para que la UE y Euratom abandonen el Tratado sobre la Carta de la Energía. La Comisión considera que el TCE es incompatible con el ordenamiento jurídico de la UE, la política y la legislación en materia de inversiones y los objetivos energéticos y climáticos. La propuesta rompió meses de bloqueo al ofrecer a los Estados miembros la opción de permanecer en el Tratado y facilitar al mismo tiempo una salida ordenada para los demás.
La votación fue aprobada por 560 votos a favor y 43 en contra. El Parlamento Europeo ya había aprobado una resolución en noviembre de 2022 en la que pedía a la UE que se retirara del TCE.
El Tratado sobre la Carta de la Energía se remonta a la década de 1990 y concede amplios derechos y protecciones a los grandes inversores en energía, principalmente empresas de combustibles fósiles. La industria de los combustibles fósiles utiliza el Tratado para demandar a los gobiernos por sus políticas climáticas y reclamar miles de millones del dinero de los contribuyentes en compensación por la pérdida de beneficios. Los casos se juzgan en tribunales privados paralelos o en mecanismos de solución de diferencias entre inversores y Estados (ISDS, por sus siglas en inglés), con acuerdos alcanzados por árbitros comerciales que tienen incentivos para favorecer a las empresas. Sólo en Europa, proyectos de petróleo, gas y carbón por valor de 350.000 millones de euros están protegidos por este tratado.
Algunos ejemplos de demandas:
En 2021, las empresas de carbón alemanas RWE y Uniper reclamaron 2.400 millones de euros al Gobierno neerlandés en concepto de daños y perjuicios por la fecha límite de 2030 para la eliminación del carbón. Ambos casos han sido archivados.
Hoy, el Parlamento Europeo ha aprobado por abrumadora mayoría abandonar el controvertido Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE), un acuerdo comercial internacional que protege las inversiones en combustibles fósiles. Tras años de campaña a favor de la salida, Ecologistas en Acción y activistas por la justicia climática de toda Europa celebramos esta victoria para el medio ambiente y el clima.
La propuesta se sometió a votación plenaria en el Parlamento de la UE después de que la Presidencia belga de la UE negociara un acuerdo con la Comisión Europea y los Estados miembros sobre la retirada conjunta de la UE, y tras su aprobación preliminar por el Consejo de la UE.
La Unión Europea se suma así a una larga lista de Estados miembros – entre ellos España, Francia, Alemania, Países Bajos, Irlanda, Luxemburgo, Eslovenia y Polonia – que ya tomaron la decisión de retirarse del Tratado en los dos últimos años.
Próxima etapa: El Consejo de la UE debe dar luz verde definitiva. Se espera que lo haga en mayo o junio, antes de que finalice la Presidencia belga.
La votación de hoy se ha referido a una propuesta de la Comisión Europea para que la UE y Euratom abandonen el Tratado sobre la Carta de la Energía. La Comisión considera que el TCE es incompatible con el ordenamiento jurídico de la UE, la política y la legislación en materia de inversiones y los objetivos energéticos y climáticos. La propuesta rompió meses de bloqueo al ofrecer a los Estados miembros la opción de permanecer en el Tratado y facilitar al mismo tiempo una salida ordenada para los demás.
La votación fue aprobada por 560 votos a favor y 43 en contra. El Parlamento Europeo ya había aprobado una resolución en noviembre de 2022 en la que pedía a la UE que se retirara del TCE.
El Tratado sobre la Carta de la Energía se remonta a la década de 1990 y concede amplios derechos y protecciones a los grandes inversores en energía, principalmente empresas de combustibles fósiles. La industria de los combustibles fósiles utiliza el Tratado para demandar a los gobiernos por sus políticas climáticas y reclamar miles de millones del dinero de los contribuyentes en compensación por la pérdida de beneficios. Los casos se juzgan en tribunales privados paralelos o en mecanismos de solución de diferencias entre inversores y Estados (ISDS, por sus siglas en inglés), con acuerdos alcanzados por árbitros comerciales que tienen incentivos para favorecer a las empresas. Sólo en Europa, proyectos de petróleo, gas y carbón por valor de 350.000 millones de euros están protegidos por este tratado.
Algunos ejemplos de demandas:
En 2021, las empresas de carbón alemanas RWE y Uniper reclamaron 2.400 millones de euros al Gobierno neerlandés en concepto de daños y perjuicios por la fecha límite de 2030 para la eliminación del carbón. Ambos casos han sido archivados.