Estimados señores Valdis Dombrovskis, Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Europea y Héctor Gómez Hernández, ministro de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno español

Aprovechando la oportunidad de su presencia en Valencia con motivo de la reunión informal ministerial de Comercio, que tendrá lugar entre el 19 y 20 de octubre, a las personas que formamos parte de numerosas organizaciones de la sociedad civil preocupadas por los derechos humanos y el medio ambiente, nos gustaría compartir con ustedes algunas de nuestras preocupaciones relativas a las políticas comerciales de la Unión Europea.

Actualmente, la Comisión Europea, en nombre de los 27 estados miembros de la UE, está llevando a cabo negociaciones comerciales con el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), México y Chile, pero también con Nueva Zelanda, Australia, India, Indonesia y Tailandia en otras regiones del mundo.

Esto significa que, a pesar de los impactos de la pandemia del coronavirus, la emergencia climática o la crisis energética, la UE sigue apostando por un crecimiento económico infinito que, además de ser imposible en un planeta con límites evidentes, causa desigualdades sociales, el colapso de los ecosistemas y un catastrófico cambio climático.

Los últimos años han puesto de manifiesto las fragilidades económicas, sociales y sanitarias de la globalización económica y sus consecuencias nefastas para gente corriente. ¿Qué ha sido de las promesas de autonomía estratégica y relocalización de ciertas actividades críticas hechas durante el confinamiento por la Covid-19? Se quedaron en nada. Por el contrario, la Comisión Europea se apresura a negociar, ultimar y ratificar el mayor número posible de acuerdos de liberalización del comercio y las inversiones, con el firme apoyo de numerosos grupos de presión del poder económico y financiero, poniendo en peligro cualquier noción de autonomía, relocalización o política industrial sostenible.

Las organizaciones de la sociedad civil han demostrado que es posible una vía alternativa: acabar con estos acuerdos obsoletos y basar las relaciones políticas, comerciales y geopolíticas en nuevos principios, como la solidaridad, la igualdad, la cooperación, la sostenibilidad y la democracia, para garantizar una buena vida para todas las personas en lugar de asegurar los beneficios de unos pocos.

Sin embargo, acuerdos comerciales como los citados anteriormente con algunos países de América Latina y el Caribe, perpetúan el papel de estos como proveedores de materias primas a la UE, al tiempo que fomentan la deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero, los conflictos por la tierra y las violaciones de los derechos humanos.

¿Acaso la UE no tiene otra cosa mejor que proponer para nuestro futuro que concluir a toda prisa acuerdos cuyo objetivo principal es importar cada vez más soja, minerales, combustibles fósiles, carne de vacuno y caña de azúcar y exportar coches de combustión y pesticidas?

Ni el Parlamento Europeo ni los parlamentos nacionales, y mucho menos la opinión pública, han tenido acceso a los documentos oficiales de estas negociaciones, siguiendo la tónica general del funcionamiento de la Comisión Europea con respecto a las política comerciales de la UE.

​​Así pues, desde aquí les instamos a:

  • Pedir a la Comisión Europea que actúe con la máxima transparencia publicando todos los documentos que se negocien.

  • Consultar la política comercial con los parlamentos nacionales, autonómicos y la sociedad civil organizada;

  • Apoyar nuestra demanda de detener la finalización de los acuerdos de comercio e inversión UE- Mercosur, UE-México y UE-Chile.

  • Comprometerse a reorientar la política comercial europea sobre la base de nuevos principios de solidaridad, igualdad, cooperación, sostenibilidad y democracia para garantizar una buena vida para todos y todas.

  • Rechazar el proyecto de la Comisión Europea de dividir los tratados de comercio e inversión en dos partes, la política y la comercial, que pretende eliminar el derecho al veto de los Estados miembros de la UE e impedir su ratificación por parte de los parlamentos nacionales y el Parlamento Europeo.

  • Rechazar que estos tratados se apliquen de forma provisional antes de ser debatidos y votados en todos los parlamentos nacionales.

Firmantes:

  • Acció Ecologista-Agró

  • Aliança per l’Emergència Climàtica València

  • ATTAC País Valencià

  • Ca Revolta

  • Decidim, Plataforma pel Dret a Decidir del País Valencià

  • Ecologistas en Acción

  • Ecologistes en Acció València

  • Extinction Rebellion València

  • Intersindical Solidària

  • La Ribera en Bici

  • Perifèries del món

  • Per l’horta

  • Plataforma del Pas Valencia per un tren Públic, Social i Sostenible que vertebre el territori i refrede el planeta

  • València Saludable

  • Xarxa de Consum Solidari al País Valencià

Contacto: plataforma.ddff.pv@gmail.com

Estimados señores Valdis Dombrovskis, Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Europea y Héctor Gómez Hernández, ministro de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno español

Aprovechando la oportunidad de su presencia en Valencia con motivo de la reunión informal ministerial de Comercio, que tendrá lugar entre el 19 y 20 de octubre, a las personas que formamos parte de numerosas organizaciones de la sociedad civil preocupadas por los derechos humanos y el medio ambiente, nos gustaría compartir con ustedes algunas de nuestras preocupaciones relativas a las políticas comerciales de la Unión Europea.

Actualmente, la Comisión Europea, en nombre de los 27 estados miembros de la UE, está llevando a cabo negociaciones comerciales con el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), México y Chile, pero también con Nueva Zelanda, Australia, India, Indonesia y Tailandia en otras regiones del mundo.

Esto significa que, a pesar de los impactos de la pandemia del coronavirus, la emergencia climática o la crisis energética, la UE sigue apostando por un crecimiento económico infinito que, además de ser imposible en un planeta con límites evidentes, causa desigualdades sociales, el colapso de los ecosistemas y un catastrófico cambio climático.

Los últimos años han puesto de manifiesto las fragilidades económicas, sociales y sanitarias de la globalización económica y sus consecuencias nefastas para gente corriente. ¿Qué ha sido de las promesas de autonomía estratégica y relocalización de ciertas actividades críticas hechas durante el confinamiento por la Covid-19? Se quedaron en nada. Por el contrario, la Comisión Europea se apresura a negociar, ultimar y ratificar el mayor número posible de acuerdos de liberalización del comercio y las inversiones, con el firme apoyo de numerosos grupos de presión del poder económico y financiero, poniendo en peligro cualquier noción de autonomía, relocalización o política industrial sostenible.

Las organizaciones de la sociedad civil han demostrado que es posible una vía alternativa: acabar con estos acuerdos obsoletos y basar las relaciones políticas, comerciales y geopolíticas en nuevos principios, como la solidaridad, la igualdad, la cooperación, la sostenibilidad y la democracia, para garantizar una buena vida para todas las personas en lugar de asegurar los beneficios de unos pocos.

Sin embargo, acuerdos comerciales como los citados anteriormente con algunos países de América Latina y el Caribe, perpetúan el papel de estos como proveedores de materias primas a la UE, al tiempo que fomentan la deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero, los conflictos por la tierra y las violaciones de los derechos humanos.

¿Acaso la UE no tiene otra cosa mejor que proponer para nuestro futuro que concluir a toda prisa acuerdos cuyo objetivo principal es importar cada vez más soja, minerales, combustibles fósiles, carne de vacuno y caña de azúcar y exportar coches de combustión y pesticidas?

Ni el Parlamento Europeo ni los parlamentos nacionales, y mucho menos la opinión pública, han tenido acceso a los documentos oficiales de estas negociaciones, siguiendo la tónica general del funcionamiento de la Comisión Europea con respecto a las política comerciales de la UE.

​​Así pues, desde aquí les instamos a:

  • Pedir a la Comisión Europea que actúe con la máxima transparencia publicando todos los documentos que se negocien.

  • Consultar la política comercial con los parlamentos nacionales, autonómicos y la sociedad civil organizada;

  • Apoyar nuestra demanda de detener la finalización de los acuerdos de comercio e inversión UE- Mercosur, UE-México y UE-Chile.

  • Comprometerse a reorientar la política comercial europea sobre la base de nuevos principios de solidaridad, igualdad, cooperación, sostenibilidad y democracia para garantizar una buena vida para todos y todas.

  • Rechazar el proyecto de la Comisión Europea de dividir los tratados de comercio e inversión en dos partes, la política y la comercial, que pretende eliminar el derecho al veto de los Estados miembros de la UE e impedir su ratificación por parte de los parlamentos nacionales y el Parlamento Europeo.

  • Rechazar que estos tratados se apliquen de forma provisional antes de ser debatidos y votados en todos los parlamentos nacionales.

Firmantes:

  • Acció Ecologista-Agró

  • Aliança per l’Emergència Climàtica València

  • ATTAC País Valencià

  • Ca Revolta

  • Decidim, Plataforma pel Dret a Decidir del País Valencià

  • Ecologistas en Acción

  • Ecologistes en Acció València

  • Extinction Rebellion València

  • Intersindical Solidària

  • La Ribera en Bici

  • Perifèries del món

  • Per l’horta

  • Plataforma del Pas Valencia per un tren Públic, Social i Sostenible que vertebre el territori i refrede el planeta

  • València Saludable

  • Xarxa de Consum Solidari al País Valencià

Contacto: plataforma.ddff.pv@gmail.com