Editorial El Mar,
06/09/2016
¿El TTIP creará empleo o es un ataque a los derechos sociales? Las negociaciones sobre el TTIP están provocando una alta preocupación en diferentes sectores de la ciudadanía. Ello se debe principalmente a dos cuestiones, por un lado, las diferencias existentes entre las dos legislaciones que se pretenden armonizar, esto es, la de Estados Unidos (EE. UU.) y la de la Unión Europea (UE), y por otro, el secretismo con el que se están llevando las mismas.
Hasta ahora, los únicos documentos oficiales que se han publicado los encontramos en la web de la Comisión Europea en inglés (en español algunos documentos explicativos) y de manera extraoficial tenemos los filtrados por Greenpeace Holanda, ONG que hace poco ha protagonizado una mediática campaña para posicionarse en contra del Tratado, al entender que va a armonizar a la baja las regulaciones de ambas partes y ello va a incidir de manera negativa en la calidad y seguridad de los productos. Y no solo las ONG, Madrid ha sido el último municipio en declararse “libre de TTIP”, y ya son más de 1.800 en toda Europa.
Pero, ¿qué es el TTIP? Pues un tratado que tiene por objetivo crear una amplísima zona de libre comercio, entre EE. UU. y la UE, que relance el intercambio de bienes, servicios e inversiones, siendo su objetivo principal eliminar barreras comerciales para facilitar la inversión. En español se denomina Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, pero es más conocido por sus siglas en inglés TTIP (Transanlatic Trade and Invesment Parnership).
Su negociación se inició en 2013 entre la UE y EE. UU. y, cómo dice la Comisión Europea, pretende “generar una mayor apertura y transparencia, reducir costes innecesarios y retrasos administrativos, y promover una mayor compatibilidad reglamentaria donde sea posible. Todo ello sin perder los niveles de protección que hemos alcanzado en Europa”.
Y esto es lo que queremos averiguar, ¿cómo se va a conseguir esto? Es más, ¿se puede hacer sin que los europeos veamos mermados nuestros derechos sociales? Una de las finalidades del Tratado es armonizar la regulación entre ambas partes para evitar trabas, pero viendo los pocos convenios de la OIT que ha ratificado EE. UU., solo dos de los ocho denominados fundamentales (el referente al trabajo forzoso e infantil), a diferencia de nuestro país, que los ha ratificado todos, parece difícil la combinación.
Para conocer más en profundidad este aspecto entrevistamos a Adoración Guaman Hernández, profesora titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universitat de València, que el pasado mes de mayo publicó en nuestra Revista de Trabajo y Seguridad Social el artículo doctrinal titulado “Cláusulas laborales en los acuerdos de libre comercio de nueva generación: Una especial referencia al contenido laboral del TPP, CETA y TTIP” y autora de un libro dedicado en exclusiva a este tratado que lleva por título TTIP. El asalto de las multinacionales a la democracia.
Editorial El Mar,
06/09/2016
¿El TTIP creará empleo o es un ataque a los derechos sociales? Las negociaciones sobre el TTIP están provocando una alta preocupación en diferentes sectores de la ciudadanía. Ello se debe principalmente a dos cuestiones, por un lado, las diferencias existentes entre las dos legislaciones que se pretenden armonizar, esto es, la de Estados Unidos (EE. UU.) y la de la Unión Europea (UE), y por otro, el secretismo con el que se están llevando las mismas.
Hasta ahora, los únicos documentos oficiales que se han publicado los encontramos en la web de la Comisión Europea en inglés (en español algunos documentos explicativos) y de manera extraoficial tenemos los filtrados por Greenpeace Holanda, ONG que hace poco ha protagonizado una mediática campaña para posicionarse en contra del Tratado, al entender que va a armonizar a la baja las regulaciones de ambas partes y ello va a incidir de manera negativa en la calidad y seguridad de los productos. Y no solo las ONG, Madrid ha sido el último municipio en declararse “libre de TTIP”, y ya son más de 1.800 en toda Europa.
Pero, ¿qué es el TTIP? Pues un tratado que tiene por objetivo crear una amplísima zona de libre comercio, entre EE. UU. y la UE, que relance el intercambio de bienes, servicios e inversiones, siendo su objetivo principal eliminar barreras comerciales para facilitar la inversión. En español se denomina Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, pero es más conocido por sus siglas en inglés TTIP (Transanlatic Trade and Invesment Parnership).
Su negociación se inició en 2013 entre la UE y EE. UU. y, cómo dice la Comisión Europea, pretende “generar una mayor apertura y transparencia, reducir costes innecesarios y retrasos administrativos, y promover una mayor compatibilidad reglamentaria donde sea posible. Todo ello sin perder los niveles de protección que hemos alcanzado en Europa”.
Y esto es lo que queremos averiguar, ¿cómo se va a conseguir esto? Es más, ¿se puede hacer sin que los europeos veamos mermados nuestros derechos sociales? Una de las finalidades del Tratado es armonizar la regulación entre ambas partes para evitar trabas, pero viendo los pocos convenios de la OIT que ha ratificado EE. UU., solo dos de los ocho denominados fundamentales (el referente al trabajo forzoso e infantil), a diferencia de nuestro país, que los ha ratificado todos, parece difícil la combinación.
Para conocer más en profundidad este aspecto entrevistamos a Adoración Guaman Hernández, profesora titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universitat de València, que el pasado mes de mayo publicó en nuestra Revista de Trabajo y Seguridad Social el artículo doctrinal titulado “Cláusulas laborales en los acuerdos de libre comercio de nueva generación: Una especial referencia al contenido laboral del TPP, CETA y TTIP” y autora de un libro dedicado en exclusiva a este tratado que lleva por título TTIP. El asalto de las multinacionales a la democracia.